Maestros y aprendices.





Bill Bernbach: inventó el insight sin saberlo.



"La tarea del educador moderno no es cortar selvas, sino regar los desiertos."


"El maestro mediocre, cuenta. El maestro corriente, explica. El maestro bueno, demuestra. El maestro excelente, inspira"


En la primera edición de los Premios Maestros de la Comunicación, Marçal Moliné pronunció la frase : "nunca he sido un maestro, he sido un aprendiz".

Pienso exactamente lo mismo. Cuando Luis Alberto Serrano o Mario Maeso me llaman con gran generosidad "maestro" o cuando, por ejemplo, la madre de Anna Brosa me dijo "sin ti, Ana nunca hubiera sido Directora Creativa de Mc Cann", realmente creo que me sobrevaloran.

Son tantas y tantas las personas que me han enseñado o de las que he aprendido, son tantas las que me inspiran a diario, que sería realmente absurdo considerarme maestro de nada.

El equipo de Publicitarios Implicados me da una lección diaria de talento, generosidad, trabajo e ilusión, son una fuente energética que emana sin parar.

He aprendido y aprendo un montón de cosas de Toni Segarra, Joaquín Lorente, Luis Bassat, Ricardo Pérez, Miguel Angel Furones, Daniel Campo, Santiago Rodríguez, el presi Angel Abancens, Marta Piñol, Mónica Moro, Pablo Alzugaray, Sergio Piera, Cuca Canals, Rosa Romá, Mabel Mas, Jose Luis Esteo, Santi García, Eva Conesa, Helena Marzo, Chiqui Búa, Esther Valdivia...

He tenido alumnos y alumnas que me han aportado inspiración, iniciativa y capacidad para inventar y re-inventar.

Y muchas, muchísimas personas menos mediáticas, menos conocidas, menos populares, me dan semanalmente lecciones de interpretar la vida y afrontar las dificultades.

Mantener intacto el instinto de aprender es como mantener vivo un volcán para que de vez en cuando entre en irrupción.

Fijarte en las virtudes de los demás es una buena excusa para mantener tu ego escondido en el cajón.

Admirar a personas que para ti son especiales, te permite re-escribir tu burbuja de cristal con nuevas formas y colores.

Felicitar a quien crees que ha hecho algo interesante, te aporta perspectiva, visión y humildad.

No puedo considerarme maestro cuando cada día que voy a jugar a fútbol intento hacerlo mejor y fijarme en los que me superan.

Si te fijas en la creatividad y la actitud de los que intentan hacerlo siempre mejor, estás alimentando tu propio máster y tu propio reciclaje.

Admiro a muchísimas personas, son mi espejo para intentar ser mejor. Aprendo de ellas, me aportan ideas, me abren puertas, me hacen sentir bien.

Prefiero seguir como aprendiz porque así cada día tendré nuevos estímulos, nuevos alicientes, nuevos retos, nuevas fronteras, nuevos paisajes, nuevas puertas por abrir, nuevos objetivos.

Lo que me han aportado los/as lectores/as del blog durante tantas temporadas, a través de comentarios, conversaciones o mails, es una impagable invitación a reflexionar.








Cada día te encuentras con miles de excusas para aprender  y con miles de motivos para intentar ser mejor.

Si un lunes te levantas de la cama y crees que eres sabio, ilustre, maestro o iluminado, lo más probable es que te pegues una ostia de mucho cuidado.












Seminario de segundo de Blanquerna con Anty García y Sira Perera.





Comentarios

  1. Que bueno, Richard... yo, con tu permiso, seguiré llamándote "maestro" por merecimientos propios.

    ... pero también con el conocimiento de que TODOS somos maestros y alumnos en cada momento del día...

    ... yo, cuando he estado fuera de España dando cursos he estado aprendiendo con los cinco sentidos igual que siento que un recien nacido nos puede aportar conocimientos...

    "El mundo es un libro abierto para los que saben leerlo"


    Luis Alberto Serrano.

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  2. El día que aprendo algo nuevo duermo feliz, me da vida.

    Diana

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